Sobre mi

Fotógrafo y artista visual por

destino construido

Soy Gerardo Sierra (1988, Hermosillo, SON), fotógrafo editorial, artista visual y creativo multidisciplinario con base en la Ciudad de México. Desde el 2014, cuando tomé mi primer workshop de fotografía de moda, supe que había encontrado una herramienta poderosa para explorar emociones, estética y conexión humana. Poco después, obtuve una beca para estudiar una Maestría en Fotografía Editorial en la New York Film Academy, pero por motivos familiares decidí permanecer en México y desarrollar mi carrera desde aquí.

En 2015 lancé One·Four·One Magazine, mi proyecto editorial más personal, que con el tiempo se convirtió en un referente de culto para quienes buscan inspiración visual, sensibilidad millennial y creatividad sin fórmulas. Empezó como una revista digital local y creció hasta tener presencia impresa en pasarelas como Mercedes-Benz Fashion Week México, y más adelante, como publicación internacional con lectores en Estados Unidos, Reino Unido y Australia.

Desde entonces, he trabajado con diseñadores, celebridades, marcas y creativos de distintos países, y he expandido mi práctica a otros formatos: dirección de videoclips, producción visual, contenido digital para plataformas como TikTok y YouTube, ilustración y comunicación visual. He sido fotógrafo editorial en firmas como Vopero México, y he colaborado como docente, modelo plus size y actor en proyectos de ficción y comerciales.

Actualmente sigo enfocado en crear desde la honestidad emocional y estética que me representa. Sigo creyendo que cada proyecto es una oportunidad para construir algo auténtico, que hable desde la experiencia, la vulnerabilidad y la intención.

ver y sentir

a través de mi trabajo

Mi manera de trabajar cambia con cada historia: a veces es más técnica, otras más intuitiva, pero lo que nunca se pierde es el deseo de provocar algo en quien mira. Me interesa usar la fotografía y la imagen como un lenguaje sensorial, una forma de traducir emociones complejas en texturas, colores, luces y sombras. Trabajo desde la premisa de que no todo lo que sentimos tiene que ser explicado; muchas veces, basta con que se sienta.

Me atrae capturar eso que se escapa entre palabras: lo no dicho, lo vulnerable, lo instintivo. Busco que cada imagen construya un puente entre quien está frente a la cámara y quien la observa, y que ese puente se sostenga en lo auténtico, lo imperfecto, lo humano. Me interesa la emoción antes que la perfección, el gesto antes que la pose.

“Ver y sentir a través de mi trabajo” no es solo una frase: es la intención que sostiene todo lo que hago. Porque la imagen no es solo un registro visual, es una invitación a la conexión. Cada proyecto que emprendo —ya sea editorial, artístico o comercial— es una forma de tocar una emoción sin tener que nombrarla, y dejar que la imagen haga su propio eco en quien la contempla.